«LA CALLE ES NUESTRA «COMUNICADO A LOS MEDIOS
enero 27, 2014 Deja un comentario
Blog de la asociación Movimiento Hacia Un Estado Laico
enero 27, 2014 Deja un comentario
enero 21, 2014 Deja un comentario
enero 17, 2014 Deja un comentario
Los conciertos educativos o una forma de conculcar la libertad de conciencia
Es conocida la existencia de mecanismos de selección del alumnado con base en criterios económicos. El cobro de cuotas o la imposición de costes que sólo pueden ser asumidos por un grupo limitado de familias es algo más que una sospecha. No hay más que atender a los resultados de la Encuesta de Gastos en Educación que realiza el INE para comprobar su uso generalizado por parte de los centros de enseñanza concertada. Un instrumento ilegal pero tolerado.
No cabe esperar denuncia de quien pasa por el aro: tiene allí a sus hijos. Pero sí cabría exigir que la inspección educativa dedicara algún esfuerzo a detectar y denunciar esas prácticas irregulares. Otra cosa es que lo haga, pues la dirección política de la consejería de educación está en manos de personas con fuertes vinculaciones personales al sector de la educación privada.
El económico es el instrumento más burdo de selección. El ideológico es más refinado. Las estadísticas oficiales proporcionan serios indicios de que en los colegios privados concertados no se respeta, en la práctica, la libertad de conciencia. Véase el cuadro siguiente en donde figuran, para nuestra comunidad, los porcentajes de matrícula en la asignatura de religión según el tipo de centro y el nivel educativo.
Primaria |
ESO |
Bachillerato |
|||||||
ARAGON |
Católica |
Otras |
No cursa |
Católica |
Otras |
No cursa |
Católica |
Otras |
No cursa |
Centros públicos |
69,2 |
2,0 |
28,8 |
29,6 |
0,2 |
67,4 |
15,0 |
0,0 |
84,9 |
Privados-Concertados |
96,0 |
0,1 |
3,9 |
96,1 |
0,1 |
1,8 |
96,8 |
0,0 |
3,2 |
Privados no concertados |
55,0 |
2,3 |
42,8 |
35,7 |
0,0 |
64,3 |
90,0 |
0,0 |
10,0 |
Fuente: Las cifras de la educación en España. Estadísticas e indicadores. Edición 2013
Corresponde al curso 2010-2011.
Es difícil de entender que, por ejemplo, en secundaria cursen religión católica casi el 100% de los estudiantes matriculados en centros privados concertados, cuando en los centros públicos no llega a uno de cada tres. El azar no puede explicar que los estudiantes que siguen “otras religiones”, aún siendo una minoría, estén repartidos con el sesgo en que lo están: una proporción de 20 a 1 en primaria. Es decir, hay 20 escolarizados en la pública por cada uno que lo está en la concertada.
Tras estos datos sólo cabe deducir que hay una exigencia por parte de los centros y una aceptación (o lo tomas o lo dejas) por parte de los padres. Es decir que el derecho a la libertad de conciencia que figura en la Constitución Española es conculcado sistemáticamente en los centros privados, que imponen sesgos ideológicos excluyentes con la cooperación necesaria de la administración pública que los está financiando.
Si esto ocurría con la LOE, la nueva ley educativa de consuno con la práctica de la administración del PP de potenciar la enseñanza privada concertada en detrimento de la pública va a agravar todavía más el problema, haciendo que las solemnes declaraciones de derechos que se proclaman queden en papel mojado. Aquí sólo tienen derechos los de siempre. Tiene razón Julio Anguita cuando dice que la revolución de hoy pasa por exigir el cumplimiento de la Carta de Derechos Humanos que aprobaron las Naciones Unidas en el ya lejano 1948.
enero 17, 2014 Deja un comentario
diciembre 31, 2013 Deja un comentario
DEFENSOR DEL PUEBLO
diciembre 28, 2013 Deja un comentario
octubre 8, 2013 1 comentario
septiembre 20, 2013 Deja un comentario
septiembre 20, 2013 Deja un comentario
No es un secreto que la ley impulsada por el ministro Wert tiene entre sus inspiradores a la jerarquía católica. La norma en tramitación recoge lo esencial de sus reivindicaciones históricas y “aún puede mejorarse” como decía el arzobispo Urueña en su pastoral del pasado 1 de septiembre y confirman las enmiendas que acaba de incorporar el PP en el parlamento en beneficio de la enseñanza privada concertada.
Es posible que a los nacidos tras la muerte de Franco les resulte difícil imaginar el enorme poder detentado por la jerarquía eclesiástica durante la dictadura nacional-católica. La imbricación entre lo religioso y lo civil, la confusión entre el pecado y el delito, el matrimonio y el sacramento, la ciencia y la creencia, junto al monopolio casi total en la educación no universitaria otorgaban a la jerarquía eclesial una preeminencia social sin parangón. Sin haber perdido completamente sus privilegios pretenden recuperar aquel estatus en su integridad. Y es que es difícil aceptar ser uno más cuando se ha gozado de un poder ilimitado.
Como bien dice el señor prelado, la norma básica que regula la enseñanza religiosa en España es el acuerdo con el Vaticano de 1979, que modifica, pero no deroga, el Concordato de 1953, de tal modo que tenemos vigente un texto legal elaborado “en el nombre de la Santísima Trinidad” que acota y restringe la soberanía legislativa del parlamento. Ningún gobierno ha osado romper el corsé. Unos, porque están a gusto encorsetados, otros porque creían que podían jugar con la indeterminación de ciertos conceptos para tratar de contentar a dios y al diablo, sin dar gusto a nadie y sin resolver el problema de fondo: garantizar una educación de todos y para todos, sin distinción de credos.
En su pastoral el arzobispo deja clara su pretensión. Quiere que “su” religión sea tan fundamental como la física, desde infantil hasta el bachillerato. Quiere que sea evaluable, que sea computable y obligar a que quien no quiera “su” religión tenga otra cosa. Y no saca a colación que el profesorado ha de ser seleccionado por la iglesia y pagado por todos porque lo da por hecho.
El movimiento laico piensa que la escuela ha de ser el lugar de todos; que ha de ser inclusiva y no segregadora según el color ideológico de los padres; que todo debe ser sometido al juicio de la razón y nada asumido dogmáticamente; que ha de formar personas críticas y no sumisas dispuestas a la obediencia jerárquica; que debe formar ciudadanos con criterio propio que les permita, de verdad, ser libres. En esa escuela no cabe el adoctrinamiento y sobra una religión dogmática. En esa escuela se debe estudiar el hecho religioso, pero desde una perspectiva poliédrica, respetando la conciencia de todos e impartida por profesorado ordinario, cuya diversidad y pluralidad sea reflejo de la sociedad.
Algo positivo puede sacarse de esta tremenda ofensiva del viejo nacional catolicismo español que aliado con el capitalismo más salvaje está desmontando los viejos equilibrios. Al ponerlo todo patas arriba todo queda sujeto a discusión. Su avaricia ha acabado por romper el saco y cada vez más gente comienza a ver la necesidad de nuevos consensos que no estén condicionados por el ruido de sables, el fru-fru de las sotanas y la vigilancia de los viejos poderes fácticos que encauzaron las energías de una transición descafeinada. Es hora de que las leyes dejen de hacerse como dios manda y se elaboren como el pueblo quiere.
junio 23, 2013 Deja un comentario
Campo de concentración y tortura «El Silencio», propiedad de la Iglesia Católica en Argentina
Son las 4 de la madrugada y el sol todavía no ha salido. Pero el ruido en el ambiente ya se escucha y anuncia que otro día ha comenzado y que pronto los gritos de las torturas y las súplicas por la vida continuarán…como todos los días.
Hombres y mujeres, argentinos, que por sus ideas han sido capturados ilegalmente, secuestrados, torturados, denigrados… desaparecidos o asesinados. Son los residentes especiales de los campos de concentración de la dictadura militar que gobierna en Argentina.
Pero este día es especial en el campo de concentración llamado “El Silencio”. Es sábado. Y los sábados llega a disfrutar de un asado y a dormir la siesta, el cardemal Aramburú.
Y es que “El Silencio” era propiedad de la gran ramera vaticana y fue cedida a la dictadura militar, para colaborar en los secuestros, torturas y asesinatos de los disidentes de “izquierda”… lo que no quitaba que la curia católica de aquellos tiempos siguiera disfrutando de sus instalaciones.
Sí, en los tiempos de la dictadura militar la “iglesia” católica cobijó campos de concentración en sus propiedades e instalaciones. Así lo asegura el escritor Horacio Verbitsky, a quien el mismo Bergoglio (alias Francisco) le entregó copia de los documentos que atestiguaban la “cesión” de las instalaciones religiosas de “El Silencio” a la marina argentina (encargada de la “administración” de los prisioneros).
Todo comienza cuando el representante de la curia le entrega “El Silencio” al arzobispado, éste se la “vende” a monseñor Emilio Grasselli y a dos laicos… y Grasselli la “vende/cede” al grupo de tarea de la marina argentina.
Monseñor Pío Laghi era el representante diplomático del Vaticano ante el gobierno argentino y uno de sus mejores compinches era el almirante Lambruschini, encargado de la eliminación de hombres y mujeres con habilidades especiales, pero contrarios al régimen militar. Y hay pruebas de que Lambruschini consultó con Laghi, la muerte de esos prisioneros ante la inminente visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA. Originalmente los disidentes estaban secuestrados en “El Tigre” y por lo tanto fueron reubicados en “El Silencio” para que no los encontraran y la impunidad continuara.
Verbitsky también presenta casos concretos de la participación vaticana en el genocidio y masacres cometidas por los militares. Como el testimonio del capitán Scilingo, que comprueba que el método de asesinar a los prisioneros políticos arrojándolos al río había sido aprobado por la curia católica y era considerado una “forma cristiana de morir”. Los oficiales que participaban en los asesinatos –pero que tenían escrúpulos- eran persuadidos por los capellanes navales católicos, quienes justificaban con parábolas bíblicas las “separación” del trigo de la cizaña.
Por esto ycomunicacion@pcpe.es por mucho más, es innegable la participación activa y la complicidad de la curia y clero católicos en argentina, con la dictadura militar genocida. Y aunque “el silencio” ha sido muy importante para ellos, ya llegó el tiempo en que la verdad está siendo presentada y el silencio cómplice, terminando.